Una de las ventajas que he tenido como innovador a lo largo de los años es que no pierdo el tiempo escribiendo. Con esto no quiero decir que evite escribir. Obviamente, los discursos, artículos, blogs e incluso la ficción constituyen una gran parte de mi vida. Sin embargo, cierta cantidad de nerviosismo (provocado a menudo por la ansiedad) puede cruzarse en el camino de quien aborda de manera productiva la tarea de escribir. Una mayor eficiencia al escribir me permite más tiempo para otros intereses, y esa ha sido la piedra angular de mi capacidad para dedicar horas a proyectos innovadores.
Las técnicas más útiles con las que cuento son la disciplina, la gestión del tiempo y la preparación. Sin embargo, dado el tema de este blog, me centraré en las herramientas que aumentan la productividad.
Dictado. Yo ya era un fan del programa de dictado cuando este cometía errores y era difícil de usar. Los micrófonos, el software y la capacidad de procesamiento han mejorado mucho a lo largo del tiempo, y ahora me es posible dictar páginas enteras sin apenas correcciones (de hecho, probablemente, el porcentaje de error de mi dictado sea inferior al de mi torpe mano, excepto en el caso de la escritura de ficción). Dicto aproximadamente la mitad de las 10.000 o 20.000 palabras que escribo cada semana, y sospecho que esta práctica no solo ha incrementado mi productividad, sino que me ha ahorrado el síndrome de estrés repetitivo.
Revisor de gramática y ortografía. Obvio, ¿no?, pero me ahorra mucho tiempo en corregir mi material. También uso otros dos revisores que pueden ser menos evidentes. En primer lugar, tengo una lista de lo que considero que son «palabras basura», que guardo en un archivo para una de mis revisiones finales. Buscando estas palabras específicas, soy capaz de ajustar mi prosa de una manera más rápida y fácil que si tuviera simplemente que releer mi trabajo. El segundo truco que uso es aprovechar el lector de pantalla de mi sistema. (Tengo un Mac, y afortunadamente, puedo aguantar escuchar una de las voces. Las otras… ¡puaj!). Al oír mis palabras leídas, puedo poner la distancia suficiente para reconocer frases incorrectas y errores que de otra manera se me pasarían.
Gestor de proyectos. Otra herramienta, a la que todavía me estoy acostumbrando, es Scrivener. Mi mujer, escritora, usa este programa para moverse con rapidez entre los capítulos de su libro, la reposición de escenas, y recoger el material de búsqueda, que puede incluir notas, imágenes, audios, vídeos y enlaces. Dada la complejidad del trabajo, me habría sido de gran utilidad cuando escribí Innovation Passport.
Servicio de almacenamiento de archivos. Si estás implicado en tareas de colaboración, es de gran utilidad compartir y almacenar las últimas versiones en «la nube». Yo uso Dropbox. Recientemente, he editado un libro que tiene tres autores principales y varios colaboradores. Todos teníamos acceso a capítulos que se estaban escribiendo y editando al mismo tiempo. Dropbox me permitía introducir cambios, añadir y editar donde fuera necesario en cada momento, sin tener que comunicárselo continuamente a las otras partes.
Tomar notas. Suelo tomar notas de una manera muy básica. Soy muy quisquilloso con el portaminas que utilizo, pero mis notas pueden estar en cualquier sitio, desde la página de un cuaderno hasta en la parte de atrás de un recibo. Sin embargo, mucha gente piensa que los dispositivos electrónicos ―smartphones, tablets y otros dispositivos específicos― constituyen la mejor manera de mantener las cosas organizadas. Y la desorganización es el peor enemigo de un escritor que intenta ser productivo.
Concentrarse en la tarea. Los escritores sufren muchas veces distracciones, o tienen malos hábitos, como el del bucle (volver hacia atrás para reescribir la última frase o el último párrafo una y otra vez, en lugar de seguir hacia adelante). Afortunadamente, hay formas de disciplina automáticas. Un programa de pantalla completa esconderá otras aplicaciones en un portátil, y hay programas que te dificultarán cambiar cualquier cosa que hayas escrito (Typewriter: «Lo único que puedes hacer es escribir en una dirección. No puedes borrar, no puedes copiar, no puedes pegar. Solo puedes guardar e imprimir»). También hay un sitio web, Write or Die , donde los escritores pueden establecer sus objetivos y las penalizaciones por no alcanzarlos. Existe incluso una «herramienta de concentración», Omniwriter, con música y fondos de pantalla que buscan relajar al escritor estresado. Yo los encuentro más divertidos que útiles, pero tengo amigos escritores que tienen una fe ciega en estas herramientas.
Sin lugar a dudas, la herramienta más útil que utilizo como parte de mi rutina al escribir es muy básica: un temporizador. Lo programo en función del tiempo asignado y me enseño a mí mismo a hacer buen uso de los minutos (hay aplicaciones de tiempo, pero yo suelo usar un temporizador de cocina).
¿Pero qué nos depara el futuro? El reconocimiento de escritura manual tiene éxito de vez en cuando, pero me encantaría que la tecnología avanzara lo suficiente como para reconocer sistemáticamente mis garabatos. Lo ideal sería que pudiera hacer una foto de mis notas tomadas a mano con mi móvil y que lo convirtiera en texto de forma inmediata. También me gustaría tener un modo de moverme de dispositivo a dispositivo con un archivo de escritura, de forma similar a la transparencia con la que hoy en día, cuando estás viendo programas de televisión, puedes moverte sin problemas de la tele al portátil y de ahí al móvil (Evernote parece ser un paso en esta dirección).
Tanto tomar notas en papel como manejar ese papel es farragoso y requiere mucho tiempo, especialmente cuando las notas están tomadas a mano. Me gustaría que las revisiones se parecieran más a una conversación. De hecho, me gustaría que el software de reconocimiento de voz, quizás mejorado con reconocimiento de gestos, se convirtiera en un aspecto importante de mis esfuerzos de redacción.
Puedo imaginar otras posibilidades, aunque habría que probarlas en la práctica. Una de esas posibilidades sería el poder encontrar la palabra que define un determinado objeto (como una parte de una máquina) haciéndole una foto. Sería también posible obtener el nombre de una acción mostrando un vídeo. Podría ser interesante que fuera capaz de capturar la dicción, el ritmo y el estilo de un personaje o un individuo, y que pudiera transformar algo escrito por mi voz en su voz (aunque esta aplicación acabara con mis días de escritor de discursos).
Finalmente, es probable que la escritura de todo tipo se convierta en una experiencia multimedia. Es probable que se incluyan más imágenes, vídeos y referencias en novelas, artículos y otros materiales que tradicionalmente solo eran texto (o mayoritariamente texto). Para hacerlo como escritor de manera efectiva, necesitaría un sistema guiado por gestos similar al de la aplicación que usaba Tom Cruise en Minority Report . Parecía divertido.