Como expliqué en un post anterior, el éxito de cualquier empresa depende estrechamente de las personas que la forman y de la manera en que trabajan conjuntamente. Tanto en el trabajo como en la vida privada, las personas establecen relaciones que les permiten intercambiar información, generar confianza e influenciarse mutuamente. Estas relaciones son el motor de los grupos formales (empresas, asociaciones…) e informales (amistades) en los que participa una persona. Tanto es así, que en un estudio llevado a cabo por IBM y el MIT han valorado cada contacto en $948.
Ahora bien, también se sabe que cada relación influye de manera distinta, así, encontramos que los llamados «enlaces débiles» —aquellas relaciones que se establecen con conocidos— pueden llegar a ser las que más aporten a la organización. Así, el estudio de las relaciones sociales dentro de la empresa, y del impacto de las tecnologías de la información (TI) en las mismas se convierte en un aspecto clave para en el progreso de estas.
Como tecnólogo me atrae especialmente esta última parte en la que la tecnología se pone al servicio del usuario y la comunidad. No descubro nada nuevo al señalar la Web 2.0 como la revolución más significativa en cuanto al uso de las TI colaborativas y sociales. Esta ha supuesto una democratización en la generación y difusión del conocimiento que no tiene parangón en la historia de la humanidad.
Este impulso ha sido gracias a herramientas tales como blogs, microblogs o wikis, y a la reciente proliferación de plataformas sociales. En este entorno surge un nuevo reto que consiste en conseguir involucrar a los miembros de la organización en la empresa 2.0 (término acuñado por Andrew McAfee).
He extraído del libro Enterprise 2.0 las dos diferencias más importantes que distinguen a esta nueva forma de comunicarse y colaborar:
- Los canales de comunicación dejan de ser privados (ej.: correo electrónico, telefonía o mensajería instantánea) y pasan a ser compartidos, visibles y consultables globalmente, y la información que se transmite se convierte en persistente y localizable.
- El conocimiento se genera de manera emergente. No se impone una estructura a la organización del conocimiento, sino que se habilitan mecanismos (ej.: etiquetas y enlaces) para facilitar que esta estructura emerja a partir de las decisiones colectivas de la comunidad. Un ejemplo claro sería la diferencia en cuanto a la organización de la Enciclopedia Británica y la Wikipedia.
Los beneficios esperables que aportan estas dos diferencias los clasificaría en cuatro categorías:
- Conocimiento. La nueva manera de comunicarse facilita mantener el conocimiento de los empleados que abandonan la empresa o se retiran, así como acelera la incorporación a un nuevo puesto o rol. Adicionalmente, se fomenta la construcción de comunidades de aprendizaje que abordan temas claves para el funcionamiento de la empresa, al ser los propios interesados quienes detectan las necesidades y aportan las soluciones.
- Capital humano. El incremento de la participación genera nuevos incentivos para el trabajador así como permite trabajar de manera más cercana con clientes y proveedores. En consecuencia se genera una mayor fidelización tanto de los empleados como de los clientes.
- Espacio. El trabajo colaborativo se realiza de manera más eficiente. Este efecto es más intenso en organizaciones con equipos geográficamente deslocalizados e incluso en distintas franjas horarias. Por ejemplo, se facilita la localización de expertos más allá del entorno departamental, y se reducen los gastos de viaje.
- Tiempo. Se intensifican las interacciones entre los empleados, y se accede más rápidamente al conocimiento lo cual permite acortar la duración de los proyectos. Un efecto inmediato, por ejemplo, es que las dudas y los problemas se resuelven en menos tiempo. Además, los resultados y el conocimiento generado durante el proyecto se difunden más rápidamente, lo cual acelera la innovación dentro de la empresa.
En la actualidad, este tema está suscitando mucho interés. Sin ir más lejos, el miércoles 19 de noviembre se celebra en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid el evento START015 IBM Business Connect 2014, donde una de las seis áreas temáticas es Social Business, en la que el IIC estará presente como Business Partner.
En este evento se verá a qué nos han llevado las investigaciones de los últimos años, como el estudio realizado por McKinsey, según el cual el 83% de las empresas consultadas en 2012 utilizaban al menos una tecnología social, pero solo un 20% consideraba que había incorporado completamente las tecnologías 2.0 (frente a un 3% en 2011). Un resultado similar han obtenido en un estudio de 2014 del MIT Sloan Management Review.
Ahora bien, la pregunta que surge es por qué la velocidad de adopción es menor en nuestro trabajo que en nuestra vida privada. Es más, siendo críticos, hasta qué punto realmente se llegará con esta transformación. ¿Vosotros qué opináis?
La pregunta que propones puede dar para largas reflexiones pues entramos en el campo de las motivaciones y habitos humanos, donde la tecnologia impacta en la forma que tenemos de vivir y relacionarlas, pero no conquista sino encaja con necesidades esenciales ( conocidas o no ) de los usuarios. Poner la atencion en que el «sistema trabajo» presenta connotaciones relacionales: intereses, motivaciones, expectativas, deseos, miedos,valores…) diferentes al «sistema amistades o conocidos» puede ayudar a comprender los limites del uso de las tecnologias sociales en la empresa.
Pongo un ejemplo simple, mientras en nuestra vida privada y en sociedad, emitimos comentarios libremente y tomamos decisiones que demuestran nuestro «poder de decision» e incluso impactan en el reparto del poder de otros, en las organizaciones, las limitaciones son obvias. Por ejemplo , en la actualidad las tecnologias permiten realizar consultas y votaciones de forma altamente efectiva y sin embargo no se prodigan en las organizaciones , y si lo hacen sobre temas no vinculantes , o temas de bajo nivel «estrategico». O sea que a mi entender , mientras el tejido de relaciones en la organizacion no disfrute de los grados de libertad existentes en la vida privada/social , el uso de las tecnologias sociales no avanzaran en el mismo orden de valor/adopcion que en nuestras relaciones fuera de ellas. «Socializar a 2.0» la empresa es algo mas que introducir tecnologias que la apoyen, implica que la condicion indispensable es una transformacion profunda en los valores que creen y aplican los lideres que las dirigen, y siendo consecuentes en su compromiso para diseñar y apoyar espacios de «relacion» y «vida» coherentes con los que vivimos fuera de la empresa.
Hola Juan Carlos,
muchas gracias por tu comentario. Creo que has dado en uno de los puntos claves. Estoy totalmente de acuerdo contigo que la tecnología «per se» no es suficiente para que se produzca una transformación profunda. Creo que falta por entender mejor cómo se puede sacar el máximo partido de las herramientas 2.0 en el entorno empresarial, lo cual pasa por diseñar la configuración de las plataformas y realizar planes de adopción que se adapten al contexto, cultura y necesidades del cliente. En este sentido, creo que no es tanto socializar la empresa como conseguir un entorno donde la colaboración sea más productiva.
Saludos